“...Los seres de ficción quieren tener una vida real,
y los seres reales, una vida de ficción...”

(La Rosa Púrpura del Cairo)

ARQUEOLOGIA EN TIEMPOS DE CRISIS

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lunes, 26 de noviembre de 2007

¿Una expo-blog para mostrar la profesión?


Botas mojadas

¿Hay arqueólogos de ficción con botas mojadas?




Arqueólogos de cine


En una de las escenas de la popular triología de Indiana Jones aparece el siguiente diálogo: “-Hemos oído mucho hablar de usted;. -¿Ah, si?; -Profesor de arqueología, experto en ocultismo y ¿cómo se llama eso? ¿Conseguidor de antigüedades raras?; -Si, podría llamarse así”.Diálogos como este nos muestran que en esta sociedad de banda ancha, donde los cambios suceden a ritmo vertiginoso, la imagen del arqueólogo apenas ha sufrido variaciones desde hace algo más de un siglo; para la gran mayoría, o bien es un tipo con látigo que busca tesoros, o bien una tipa con metralleta que “asalta tumbas” (tomb raider), o bien un científico monotemático al que solo le importan “sus piedras”. En todo caso, personajes de ficción en una dimensión temporal y espacialmente alejada del mundo cotidiano.Sin embargo ser arqueólogo en el siglo XXI es otra película. La arqueología se ha convertido en una actividad laboral que desempeña tareas específicas dentro del entramado social en el qué vivimos, y como tal, precisa de profesionales cualificados para su ejercicio. Necesitan una formación teórica amplia dentro del marco de la historia y la antropología, pero también una formación específica, ya que se requiere el desarrollo de habilidades técnicas dentro del conjunto de operaciones intelectuales y físicas que permiten ordenar y analizar la documentación, lo que denominamos método arqueológico. La tarea es ardua, porque en los últimos años se han incorporado al estudio de los restos del pasado tecnologías sofisticadas con las que los arqueólogos deben “dialogar”. Y no solo eso, sino que además precisan de una formación en cuanto al marco administrativo, la preservación, presentación y divulgación de los resultados.Frente a este panorama, donde la demanda de profesionales es creciente (incluso exportamos arqueólogos a países como Irlanda), España es uno de los pocos países europeos donde no hay una titulación específica para formarse profesionalmente como arqueólogo, incluyéndose los estudios como un “itinerario” o “especialización” dentro de la Historia, o supliéndose las carencias con algunos postgrados. Portugal, por ejemplo, ha incorporado ya esta titulación, con un importante componente práctico en los últimos años. En España la formación de “campo” sigue siendo normalmente un trabajo casi autodidacta basado en el voluntariado. Todos los años, grupos de alumnos de Historia se acercan para demandar información sobre campos de trabajo en los que quieren “probar”, “experimentar” y/o “aprender”, y de hecho se multiplican aquellos donde hay que “pagar por ir a trabajar” a cambio de esta formación. En conclusión, que la profesión está en la calle, pero no en las aulas, donde esta titulación es de momento “un guión de pura ficción”.No es raro que Hollywood nos venda pelis dónde le hacen la prueba del Carbono14 a objetos como piedras o gafas. No se dejen engañar, porque el C14 sólo puede hacerse a “cosas que han estado vivas”… y esta es la pregunta:… ¿Podremos hacerle el C14 a los planes de estudios? ¿Habrán estado “vivos” alguna vez?...Nos queda pelear para que la adaptación de los estudios superiores al marco europeo y la configuración de los nuevos grados no nos dejen, como siempre, relegados al “agujero”. La universidad debería facilitar el acceso al mercado de trabajo, pero de momento parece que por una vez, arqueología y pasado van por delante, y la universidad se queda en la prehistoria.Por su parte, Harrison Ford ya ha anunciado que volverá a ser Indiana Jones y seguro que disfrutaremos mucho en el cine, aunque yo personalmente me quedo con una frase del guión de la La Rosa Púrpura del Cairo, otra famosa peli con arqueólogo, que nos define mucho mejor: “...Los seres de ficción quieren tener una vida real, y los seres reales, una vida de ficción...”.

Para leer más:

Ruiz-Zapatero, G. ¿Por qué necesitamos una titulación de arqueología en el siglo XXI?. Complutum, 2005, Vol. ol. 16: 255-269 (y otros artículos del monográfico 213-270) Enseñar arqueología en el siglo XXI.

Un buen libro para introducirse en la arqueología desde niños (o como niños):
Arnold, N. (texto) y Goddard, C. (ilustraciones) 2001: Esa fascinante arqueología. Editorial Molino. Barcelona.

Para ver el mundo desde el punto de vista de un arqueólogo (desde abajo, en la zanja):
En construcción. José Luis Guerín. 2001.